Powered By Blogger

martes, 20 de agosto de 2013

2500 kilómetros me avalan...

Muy buenas a todos.

Hoy no entro por aquí para daros la tabarra con temas literarios, aunque la verdad es que tengo noticias frescas...pero lo dejo para mi página web.
La entrada de hoy tiene como fin contaros un poquito cómo han sido estas vacaciones por el norte de España:
La verdad es que es la primera vez que voy "hacia arriba", ya que siempre andamos buscando sol y playa. Esta vez, huimos del tremendo calor madrileño para aventurarnos primero por tierras cántabras, para después acabar en Galicia; Vamos por partes:
El 1 de agosto partimos muy temprano rumbo a Cantabria, concretamente a la localidad de Entrambasaguas, un pequeño pueblo rodeado de montañas e increíbles paisajes.


Allí estuvimos una semana en casa de mi primo Jose Miguel, junto con su mujer Cristina y las niñas, con las cuales mi pequeño Iker jugó hasta no poder más.
Visitamos Laredo, San Vicente de la Barquera, Santander, Comillas, Lierganes y alguna aldea más.
Desde aquí agradecerles la enorme hospitalidad que me brindaron a mi y a mi familia, dedicándonos todo el tiempo libre del que dispusieron. Jose, para mi eres más que un primo, y siempre fue así.



Y después de esos bonitos días, pusimos rumbo a Galicia, en un viaje caótico y lleno de contratiempos. Un viaje de cuatro horas y poco se convirtieron en más de seis por culpa de la lluvia y la autovía cortada por varios tramos por unas inoportunas obras.
Nuestra entrada en Boiro fue el día seis a las 23:45. Una odisea.
Allí, mi querida "Paciños", Aida o AminhaMoreninha  para los internautas, nos esperaba junto a sus dos chavales, Manu y Brais.
La acogida, al igual que sucediera en casa de mis primos, fue impresionante, llena de cariño. Nos sentimos como en casa.
Cuando alguien confía a sus propios hijos por pura amistad, para mi no tiene precio. Ha merecido la pena escribir De Madrid al Zielo solo por conocer a gente como Aida Pazos. He dicho.


Y mientras la pobre Paciños compaginaba su curro con atendernos, nos enseñó Vigo, Santiago, y diversos rincones bellisimos de su Galicia natal.
Me contó innumerables historias de leyendas, meigas y demás cuentos que inundan esas verdes tierras. Cada rincón de aquella zona, es pura fantasía, incluso puro terror. Terror real.
Pero no todo fueron excursiones pacificas, oh, no señor. Una mañana nos llevó a una playita, donde un bonito asentamiento de los antiguos Celtas presidían las rocas majestuosos, como si defendiera el océano.
Castros de Baroña, se llamaba.
En un momento de la mañana, la marea subió repentinamente y tuvimos que salir "por patas", teniendo que escalar varias rocas cargando con mochilas, niños, y capazo de bebé incluido. Mi mujer aun se la tiene guardada...



Bonito, ¿verdad? ¡Ah! La playa es nudista. No pondré fotos, amiguitos....
Y antes de colgar algunas imágenes del viaje, quiero agradecer de nuevo a mis primos y a la señorita Aida por su hospitalidad y amabilidad en todo momento. Ojalá algún día pueda devolveros el cariño recibido.

Os presento a Manu y Brais, que tan buenas migas hicieron con Iker:


Mi familia y yo en la plaza del Obradorio, Santiago.


Y por supuesto, ¡¡De Madrid al Zielo!!


Me despido ya. Espero no haberos aburrido mucho.
Nos vemos pronto.

¡Saludos!

Alfonso Zamora.
.

1 comentario:

  1. XD Alfonsiño que te como a besos!!! Un placer teneros en casa, ahora mi República Independiente ya no es lo mismo!! :( Me faltan las risas hasta altas horas, a un pequeño Íker preguntando a cada rato a ver a donde vamos, los cuatro fuegos al mismo tiempo y a Raúl con sus gorgoritos xD!! Ainssss que semana más loca y divertida... Espero que los planes de venganza de Lorena hayan menguado. ;)
    Unha aperta familia!!! Os echamos de menos!! Biquiños de Manu y Brais.

    ResponderEliminar